martes, 23 de abril de 2013


La Soltura de Frank

A mediados de los ´70 en el peor barrio de Venice Beach, cuando el precio de las bienes raíces no era una inmoralidad, Frank Gehry, junto a dos amigos hicieron tres casas (Indiana Avenue Houses) para la venta con la peregrina idea de vendérselas a artistas y hacerse millonarios, replicando el negocio en todo el barrio.

El primer piso con el mínimo de dormitorios y baños; el segundo un gran espacio de doble altura donde el artista trabajaría. Una casa con terminación exterior de estuco azul, la otra de madera contrachapada sin pintar, la otra de tejas asfálticas verdes.

Gehry tuvo carta blanca para el diseño. En ese tiempo diseñaba casas desconcertantes exteriormente, utilizando materiales ninguneados y baratos, y de generoso espacio interior.

En una visita de obra los amigos de Gehry notaron algo raro: Las casas no tenían ventanas, eran frías y deprimentes. Citaron a Gehry y este les dijo que las había diseñado para otro lote, el de la esquina, que tenía diferente orientación, a lo que uno de los socios le respondió “Pero como Frank!, como va a ser posible, yo compré el lote, como te iba a mostrar el equivocado”. A lo que Gehry respondió con gran soltura de cuerpo “Le pondremos más ventanas desde donde llega el sol y quedará genial”.

Y el espacio quedó genial, sin embargo, tenía tantas ventanas que los pintores no tenían donde colgar sus lienzos. Obviamente  nadie se hizo millonario (estas cosas se hacen por otros motivos) y costó venderlas. 

Estas casas algo fallidas de Gehry son un antídoto frente a obras de perfección suiza y académica como las de Olgiati. Amplias y ligeras, perfectamente construíbles en Chile. Con materiales que aguantan el error.

Tres objetos de extraña presencia cubista sin un asomo de purismo. Como tres transformers esperando su misión, que con el tiempo compró, una a uno, Dennis Hopper- Frank en Terciolpelo Azul.