miércoles, 24 de agosto de 2011

Antimemoria

No puedo escribir memorias explicativas de las intenciones de una casa. He tratado varias veces y he fallado siempre. El cuerpo descrito por uno no es el cuerpo de uno.

Un proyecto no es un plan perfecto ejecutado de la A a la Z. ¿Cómo se hace una obra? le preguntan sus estudiantes a Alvar Aalto, “no lo sé” responde y en una honesta decisión deja de enseñar. Tampoco sé cómo se diseña una casa. El resultado tiene más que ver con la mano dibujando que con alguien escribiendo. Tiene algo de inspiración, de hecho fortuito mezclado con una atenta observación al sitio y sus preexistencias. Debe reaccionar a la topografía, al sol, a los árboles. Es como un cuerpo acomodándose a la arena de la playa.

Sin embargo, prima lo misterioso. Los proyectos tienen poco de análisis y mucho de síntesis. Si la razón produce monstruos el sobre análisis produce adefesios.

A menudo me arrepiento de lo que hago, pensando que todo pudo ser diferente. Soy un arquitecto intranquilo, pero una persona tranquila. Me gusta escribir, pero me aburre escribir memorias. Me parecen sospechosamente calculadas. Es inventar las reglas del juego antes del juego.

Dice el músico Leonardad Cohen "No me gustan las canciones con ideas. Tienden a convertirse en esloganes, a estar en el lado correcto de las cosas: la ecología o el vegetarianismo o el antibelicismo. Todas esas son ideas maravillosas, pero me gusta trabajar en una canción hasta que esos esloganes, tan maravillosos y tan sanos como las ideas que promueven, se disuelven en convicciones más profundas".

Persigo una sensación más que nada: sentirse dentro de la casa como en una casa de playa, con altas dosis de informalidad. Me gustan las casas llenas de posibilidades, donde la misma mesa donde se pelan las papas, sirva para pintar una acuarela o darle de comer a un niño. Es un optimismo frente a las posibilidades de las cosas.

Me interesan los techos inclinados porque el agua corre fácil. Exponer la presencia triste y fantasmal de las nanas a la familia. Las galerías para protegerse del sol y disfrutar de un patio. Ocupar los livings poniendo la tele.

Los colores verde claro de una hoja de jacarandá de un árbol preexistente, contra un muro de hormigón. El recuerdo de las armaduras de lata brillante en el bosque de Camelot en la película ¿mala, buena? Excalibur.

Los materiales de proveedores conocidos y que alivian el trabajo o lo más económico y fácil de comprar porque a veces todo es tan difícil. Algunas decisiones hechas por el jefe de obra y el carpintero. O ideas esotéricas de un 1cm de profundidad que dan un poco de vergüenza y no vienen al caso. ¿Se puede escribir esto antes de hacerlo?